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Frida es sin duda una de mis artistas favoritas. Y no porque crea que es una pintora especialmente virtuosa y con un talento extraordinario, sino porque pintaba desde dentro, desde lo más profundo de su corazón.
Tenía ese rasgo que hace mágicos a los artistas de vanguardias: pintaba el alma, el dolor, el amor..
Víctima de la polio en su niñez, acusó una malformación en su pierna durante toda su vida, dejándola levemente coja, pero lo peor llegó a sus diecisiete años, cuando un accidente en tranvía la destrozó la columna y la condenó a numerosas y dolorosas operaciones que se sucedieron durante toda su vida.
Postrada, recluida y víctima de un gran dolor físico, padeció aún más su imposibilidad de tener hijos.
Todo ello es narrado con desazonadora claridad en sus obras, reflejo de un espíritu atormentado, que trataba de pintar en brillantes colores (inspirados por su marido, el gran Diego Rivera) lo que sus contemporáneos denominaron: nueva pintura surrealista mexicana.
Pero su obra es sencillamente sincera, explícita, desnuda... no engaña al espectador, no busca el artificio. Es un grito desgarrador que solo deseaba encontrar consuelo.
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Frida es sin duda una de mis artistas favoritas. Y no porque crea que es una pintora especialmente virtuosa y con un talento extraordinario, sino porque pintaba desde dentro, desde lo más profundo de su corazón.
Tenía ese rasgo que hace mágicos a los artistas de vanguardias: pintaba el alma, el dolor, el amor..
Víctima de la polio en su niñez, acusó una malformación en su pierna durante toda su vida, dejándola levemente coja, pero lo peor llegó a sus diecisiete años, cuando un accidente en tranvía la destrozó la columna y la condenó a numerosas y dolorosas operaciones que se sucedieron durante toda su vida.
Postrada, recluida y víctima de un gran dolor físico, padeció aún más su imposibilidad de tener hijos.
Todo ello es narrado con desazonadora claridad en sus obras, reflejo de un espíritu atormentado, que trataba de pintar en brillantes colores (inspirados por su marido, el gran Diego Rivera) lo que sus contemporáneos denominaron: nueva pintura surrealista mexicana.
Pero su obra es sencillamente sincera, explícita, desnuda... no engaña al espectador, no busca el artificio. Es un grito desgarrador que solo deseaba encontrar consuelo.
Comments (3)
Cementerio de palabras perdidas.
¡Fijate si soy tonto que he necesitado de un verano entero para volver a encontrarte!
Cambias el neón de la fachada pero el local por dentro sigue siendo el mismo,los mismos cuadros colgando de las paredes, teorias varias flotando en el ambiente y el mismo menú de media tarde:
Tortitas con nata y té bien caliente.
Y adormecidas sobre el diván del psicoanalista algunas almas con aspiraciones de complicidad se despiertan de un cálido sueño, para descubrirse abandonadas con los primeros destellos del otoño
(bonita estación para volver a ser uno mismo)
madre mía, hace mil años que no me meto, no pensé en volver a ver un comentario aquí...:)
ooh! Frida Frida :):)
Mexicana al 100!!
Besos