En 904, se publica el prefacio del Kokin Wakashu (o como es más conocido, kokinshu), primera recopilación del poemario japonés a instancias de la corte imperial.
No soy muy amiga de la estructura del haiku, esa en la que se basa la poesía japonesa, y que por avatares de la historia encontró un refugio inesperado en la poesía sudamericana, sobre todo la peruana, y de la que yo solo salvaría, con muchos miramientos, la del argentino Jose Luis Borges.
Sin embargo el Kokinshu le debe mucho a la antología china, de la que sí me he de confesar fiel devota, asi que para completar mi efemérides de hoy, os regalo unos versos del Tao Te King de Lao Tsé .
El cielo es eterno y la tierra es constante.
Ambos son constantes y eternos.
No viven para si mismos
Y por eso pueden vivir eternamente.
También el sabio es así;
Se posterga a sí mismo,
Y su yo no se manifiesta
Se excluye a sí mismo,
y por eso permanece
¿No es acaso por no querer nada
Que lo posee todo?
Comments (5)
Me gusta el poema. :)
Gracias :)
Yo de verdad que por más que lo intento...Borges...se me atraviesa...
Qué susto, por un momento leí que eran unos versos de To Te King
... jajaja... Tao, Jaime, Tao... de la filosofía taoísta...XDDD
Tu afición por el rap ratonero me empieza a parecer preocupante.
Ay que me da...
o_O es que si le quitas la O...