Nació Leopoldo II de Bélgica.


Y muchos diréis ¿Y quién es ese?


¿Un reyezuelo de tantos que saturan las largas listas monárquicas que aprender en la asignatura de Historia?


Pues sí… pero no… Y es que es indudable que a este rey la historia le ha tratado con magnanimidad, ya que pocas personas son capaces de recordar a este personaje, que bien debería sentarse a la diestra de tantos genocidas y dictadores.


Leopoldo II fue el propietario del “territorio privado” más grande de la historia, ya que se apropió para su uso y disfrute personal (y sería más correcto decir explotación) de lo que hoy en día sería la República Democrática del Congo.


Como dueño y señor de sus tierras impartía “ley” y justicia sin rendir cuentas a ninguna entidad política, que para eso era su jardín y él plantaba las flores donde quería.


Se enriqueció de la explotación y comercio del caucho y para elló no dudó en masacrar a millones de nativos. El número de muertos en este país supera al número de bajas totales de la primera guerra mundial. Amputaciones de miembros (una práctica desde entonces muy extendida en África) y la exclavitud llevada a su extremo más cruel y sanguinario.



Hubieron de pasar muchos años para que la Comunidad Internacional pusiera el grito en el cielo y convencida estoy que tenía más que ver con su fructífero comercio personal que con las condiciones que allí se daban.


Las repercusiones de su legado son más que evidentes hoy en día.


No me diréis…Desde luego nadie puede negarle a este hombre un sitio en la historia ¿no os parece?

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